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El esperado documento, que aún debe ser ratificado en el pleno de la institución europea, aboga por mantener las actividades económicas primarias, como la agricultura y la pesca

 

En febrero, una misión de la Unión Europea formada por eurodiputados de todos los partidos políticos se desplazó hasta Murcia para conocer de primera mano el problema del Mar Menor. Una visita en la que se reunieron con diferentes administraciones, instituciones y colectivos, entre los cuales se encontraba Fundación Ingenio – una organización que engloba a más del 85% de los agricultores del Campo de Cartagena-.

Un encuentro que aprovechó Fundación Ingenio para poner sobre la mesa las alegaciones al Marco de actuaciones prioritarias para recuperar el Mar Menor elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), además de una amplía batería de medidas a poner en marcha para contribuir a solucionar la crisis ambiental del Mar Menor.

Soluciones que parecen haber sido escuchadas

Unas soluciones que parecen haber sido escuchadas, ya que ellos mismos proponen en las conclusiones incluidas en su informe sobre el Mar Menor del Comité de Peticiones del Parlamento Europeo: la construcción de «infraestructuras que permitan extraer aguas subterráneas, canalizándolas y tratándolas, junto con la salmuera, eliminando nutrientes y reutilizándolas sin verterlas a la laguna». Una actuación con grandes similitudes a la propuesta de Fundación Ingenio de crear un Anillo Protector Ambiental: autorizar la extracción de agua del acuífero cuaternario mediante la activación de los pozos legales existentes, bajo el control e inspección del organismo de cuenca.

Los criterios de extracción han de ser determinados bajo criterios agronómicos, hidrogeológicos y ecológicos. La finalidad de la extracción es doble: reducir el gradiente hidráulico al Mar Menor, de esta forma entraría menos agua dulce con nutrientes, y mejorar la calidad del acuífero cuaternario. Además, este recurso sería aprovechado por los agricultores para, después de mezclar con el resto de los recursos hídricos, utilizarlo por los regantes, aplicando un caso de Economía Circular.

Se aboga por mantener las actividades primarias, como la agricultura y la pesca

Aunque se trata del borrador del Informe, que aún debe ser ratificado en el Pleno del Parlamento Europeo, el esperado documento aboga por mantener las actividades económicas primarias, como la agricultura y la pesca. Además, enumeran hasta 22 recomendaciones que atañen a todos los sectores implicados en la situación de la laguna. Y es que el problema del Mar Menor se debe a la sinergia de múltiples factores: una red deficiente de saneamiento que produce que las aguas fecales acaben en la laguna con el daño que esto supone, el escape de productos químicos y metales pesados de la minería, el auge urbanístico en la costa, así como la reducción de la explotación e incremento de la recarga por las precipitaciones.

Es por eso que detallan entre las medidas propuestas la coordinación constructiva de todas las Administraciones, dando un tirón de orejas al Comité de Asesoramiento Científico pidiéndole que sea «un verdadero organismo independiente y autónomo»; acabar con los vertidos de la ganadería, sellar las balsas de la Sierra Minera y frenar la contaminación por metales pesados, recuperar el paisaje tradicional creando barreras vegetales, eliminar captaciones ilegales de agua y vertidos contaminantes, poner en marcha una solución definitiva a los vertidos urbanos, evitar inundaciones y avenidas por lluvias torrenciales o más control sobre la actividad urbanística.

Medidas que deben tomarse para el problema del Mar Menor

En cuanto a las medidas que atañen a la agricultura por el problema del Mar Menor, señalan la necesidad de monitorear los usos agrícolas o reducir el uso de recursos agroquímicos en forma de fertilizantes y fitosanitarios. «Me gustaría explicar que creemos que es algo fundamental, pero en lo que el sector ya lleva años trabajando con excelentes resultados. De hecho, más del 95% del regadío y la fertilización en esta zona productora es localizado (se riega gota a gota), y somos los únicos en Europa que monitorizamos el suelo al menos 1 vez al año», explica Natalia Corbalán, directora de Fundación Ingenio. «El futuro Real Decreto de Nutrición Sostenible del Ministerio establece como obligación monitorizar suelos en regadío al menos cada 5 años. Somos 5 veces más restrictivos», añade.

Además, Murcia es, a nivel nacional, la Comunidad que aplica menor cantidad de fertilizante por unidad de cosecha producida. De hecho, la Comunidad Valenciana permite la utilización de hasta 175 kg/N/Ha/año para producir unas 40 toneladas de lechuga iceberg; Andalucía 200 kg/N/Ha/año; mientras que en el Campo de Cartagena se pueden aplicar de media aplicaciones por debajo de 50kg/N/Ha/año.

Desde Fundación Ingenio les alegra ver que el informe acepta y reconoce la pluralidad de factores, porque solo trabajando juntos podremos salvar la laguna. Es tarea de todos proteger el Mar Menor, pero también garantizar que este campo pueda seguir siendo la Huerta de Europa que garantice una despensa para Europa de manera eficiente, respetuosa y sostenible. Ambas realidades no solo son compatibles, sino necesarias e imprescindibles, más aún en un escenario de crisis energética y económica como el que vivimos y que podría verse agravado por la peor de las crisis: la alimentaria.

El Mar Menor necesita pasar al único remedio efectivo: una acción coordinada que aplique medidas efectivas para todos y cada uno de los factores que lo degradan.