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Fundación Ingenio ha presentado un estudio que demuestra la presencia de contaminantes en el Mar Menor no señalados hasta la fecha.
¿Qué supone este hallazgo?
Las mediciones aportadas por el equipo de técnicos e ingenieros evidencian la existencia de elementos químicos como los fosfatos, el amonio, materia orgánica y bacterias fecales como Escherichia coli por encima de los límites permitidos, y que son imprescindibles para el crecimiento de fitoplancton.
En uno de los muestreos analizados a la salida (aliviadero) de la Depuradora de Torre Pacheco, se muestra la alta presencia de E. coli con niveles de vertido 320 veces superior al umbral máximo permitido, cuya procedencia es exclusivamente de las aguas residuales sin depurar. Este hecho es muy preocupante para todos y no se puede mirar hacia otro lado.
El estudio señala entonces de dónde provienen los riesgos para la laguna…
La principal conclusión del estudio revela que estos elementos químicos (fosfatos, amonio, materia orgánica y otros contaminantes) sólo se encuentran en las aguas residuales vertidas al Mar Menor a través de ramblas o de forma indirecta a través del acuífero cuaternario. Los riesgos para la laguna proceden de un total 27 depuradoras de las localidades ribereñas, urbanizaciones sin red saneamiento y el mal estado de la red existente, que debido a que el nivel freático es el más alto de la serie histórica, produce arrastres continuados de estas aguas fecales que se infiltran al Mar Menor por todo el borde litoral. Recuperar el Mar Menor exige eliminar la entrada de este ‘combustible’ de forma inmediata.
Sin embargo, la Comunidad emitió un comunicado informando del «buen estado» de las depuradoras regionales. ¿Qué tendría que decir al respecto?
Desconocemos sobre qué datos se ha referido dicho comunicado. Este informe, que es el embrión de otros más completos que afectan a toda la red de depuración, se refiere a análisis concretos, de días de muestreo concretos y a puntos de vertido concretos. Desde la Fundación Ingenio pedimos a las Administraciones con competencias en la laguna, actuar en origen, como anuncia sistemáticamente el secretario de estado del Miteco, e impedir cualquier entrada de aguas residuales al Mar Menor. Vamos a solicitar una auditoría realizada por un organismo independiente que valore la magnitud del problema, especialmente en momentos de lluvias y en periodos estivales, donde la población se multiplica de forma exponencial, y determinar la dimensión. El Mar Menor está designado como zona sensible, según la Directiva 91/271/CEE relativa al tratamiento de las aguas residuales urbanas, por lo que los vertidos analizados por nuestro grupo INCUMPLEN la legislación europea.
Desde la Fundación culpan de la situación de la laguna a la falta de coordinación de las administraciones. ¿Cómo consideran que se debería actuar con estos nuevos datos sobre la mano para encontrar una solución?
Las administraciones son las responsables de garantizar que no entren vertidos urbanos que dañan al Mar Menor. Urge que pongan en marcha medidas para limitar los vertidos de aguas sin tratar, especialmente cuando hay lluvias porque las depuradoras no tienen capacidad suficiente y no disponen de redes separativas. Por ello, es urgente que incrementen el presupuesto para amplificar la capacidad de las depuradoras, se modernice la actual red de saneamiento y se conecten aquellas urbanizaciones y núcleos urbanos aún pendientes de conexión a la red, así como renovar los bombeos de las existentes.
Tienen que controlar las decenas de urbanizaciones que no cuentan aún con puntos de vertido y que terminan filtrando a la laguna como los casos denunciados públicamente de Bahía Bella o el de la Urbanización La Fuensanta (próximas a la desembocadura de la rambla del Albujón). Si embargo, no son los únicos. El propio Ministerio de Transición Ecológica, en noviembre de 2019, reconoció 18 vertidos urbanos ilegales en el Mar Menor.
No solucionaremos el Mar Menor si no se abordan soluciones a todos y cada uno de los factores que lo degradan. Con este estudio solo pretendemos arrojar luz a todas las causas. Ahora solo falta que los responsables de cada una de ellas adopten soluciones urgentes. Mantener al Mar Menor en el estado en el que se encuentra nos degrada como sociedad, no solo no beneficia a nadie, sino que nos perjudica a todos.
En su estudio aseguran que los elementos contaminantes encontrados en la laguna solo se pueden deber a las aguas residuales vertidas desde depuradoras, urbanizaciones sin red saneamiento y ramblas. ¿Deja esto al margen de cualquier responsabilidad a la práctica agrícola?
La ciencia es muy contundente al respecto. Para el crecimiento exponencial de fitoplancton es imprescindible la presencia de, al menos, fósforo, amonio y materia orgánica que procede en exclusiva de las aguas urbanas sin depurar o parcialmente depuradas. Lo que demuestra el estudio es que las aguas residuales procedentes de las depuradoras y redes de alcantarillado son el único sustrato que contiene todos los elementos químicos necesarios e imprescindibles para ese crecimiento de algas, que al descomponerse consumen el oxígeno de la columna de agua y produce anoxia y la posterior muerte de peces y otras especies. Existen cientos estudios en el Mar Menor realizados por numerosos grupos de investigación, ¿se ha demostrado causa-efecto entre el nitrato y el fitoplancton? La respuesta es NO.
Fundación Ingenio defiende la agricultura responsable y sostenible, ¿no?
Por supuesto, nosotros siempre defendemos y promovemos la necesidad de garantizar una agricultura responsable y sostenible, y exigimos máxima responsabilidad al sector. Los agricultores del campo de Cartagena, por su singular ubicación geográfica y proximidad con la laguna, están más controlados y limitados que en ningún otro lugar de España. Y por eso, por ejemplo, somos líderes nacionales en agricultura ecológica, somos los primeros en riego por goteo -ahorrando más agua que en ninguna parte del planeta- mejorando mucho las recomendaciones de la FAO. Y también somos región líder en lucha biológica, a partir del uso de enemigos naturales. La sociedad tiene que saber la modernización y ejemplaridad de la agricultura practicada en Cartagena, lo que la hace perfectamente compatible con el buen estado ambiental del Mar Menor.
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