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La Fundación Ingenio, organización que engloba a más de 40 cooperativas y empresas agrícolas del Campo de Cartagena, tiene a gala la puesta en valor de la sostenibilidad, la innovación y la calidad agroalimentaria que se practica en la agricultura de la zona. Esta declaración de intenciones no solo la defiende de palabra, sino que ha desarrollado un código ético que garantiza una producción agrícola sostenible y respetuosa con el Mar Menor, a través de tres áreas: compromiso medioambiental, laboral y social.
«El código ético pondrá de manifiesto que los agricultores de la Comarca de Cartagena están diciéndole al mundo en general y al agro en particular cómo ejercemos nuestra agricultura, que es extraordinariamente respetuosa con el medio ambiente, y que velamos por la sostenibilidad de lo que hacemos», subraya Natalia Corbalán, directora general de la Fundación Ingenio.
Será el primer certificado de calidad agroambiental que garantiza el respeto íntegro de las parcelas agrarias en el Mar Menor, y para ello utiliza los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas como guía y orientación en su diseño. El código ético estará auditado por Bureau Veritas, y toda cooperativa o empresa que quiera formar parte de la Fundación estará obligada a pasar la auditoría y a comprometerse con dichas buenas prácticas en la agricultura del Campo de Cartagena. Una vez superen con éxito el proceso externo, en el que se evalúan los consumos sostenibles de agua y fertilizantes, así como las medidas de protección de la biodiversidad y de los suelos, recibirán el Sello de Excelencia de la Fundación Ingenio.
«Nos vemos en la necesidad de poner en marcha este código ético porque ahora mismo cualquier actividad debe ser sostenible, y la agricultura más que ninguna otra, porque el contexto actual del cambio climático nos lo exige más que antes», explica Corbalán, quien aboga por que «seamos la huerta más sostenible de Europa si queremos tener nuestro sitio en el mercado, ya que el cliente y el consumidor son más ecoactivos».
Primeros pasos
El pasado octubre se realizó la primera auditoría piloto con éxito, y este año será algo habitual para todos los patronos que integran la Fundación. «Con este código ético se pretende evidenciar las buenas prácticas que desde hace años vienen haciendo nuestros agricultores. Es un vehículo de comunicación de cómo se hacen las cosas en el Campo de Cartagena», afirma María Boluda, directora técnica de la Fundación Ingenio.
El certificado que emitirá Bureau Veritas tendrá un periodo de validez de dos años. Este factor tiempo, «aparte de ser una autoexigencia para las cooperativas y empresas, refleja que el código ético es algo vivo», asegura Boluda, al tiempo que confía en que este proyecto persiga la excelencia en materia laboral, social, ética y medioambiental.
Al hilo, Corbalán apostilla que «es un instrumento vivo porque va a tener una actividad asociada al código ético que se va a visualizar con talleres formativos, jornadas de formación, simposios… Apostamos por todo lo que sea nutrir a nuestros agricultores en un cambio cultural para construir un club de excelencia, porque queremos ser el ‘Silicon Valley’ de la agricultura en Europa, donde ya somos la más competitiva, moderna y tecnificada». «Como siempre hay margen para la mejora y no te puedes relajar, pretendemos ser ese faro de guía hacia esa excelencia para Europa y el mundo», augura la directora general de la organización.
Con el código ético, la Fundación Ingenio quiere poner una pica en Flandes al asegurar una producción agrícola sostenible y respetuosa con el medio ambiente y, muy especialmente, con el ecosistema del Mar Menor. «Somos los primeros en crear una entidad de puesta en valor de esta actividad que no la ejerce ningún otro agente, para que la opinión pública no se vea manipulada por corrientes de opinión tendenciosas, que flaco favor nos hacen a todos. Porque la pérdida de soberanía alimentaria, que garantizamos nosotros, si se ve atacada, perdemos todos. Con una apuesta firme por parte de la Administración Pública, el sector agrícola español podría ser autosuficiente y no depender de países terceros para comer. Con este tipo de formatos, somos una innovación en sí misma», recuerda Corbalán.
Vocación internacional
La Fundación Ingenio participó por vez primera en la feria alemana de frutas y hortalizas Fruit Logistica, donde mantuvo numerosos encuentros con diferentes entidades y medios internacionales. La delegación, encabezada por Adolfo García (presidente), Natalia Corbalán (CEO) y María Boluda (directora técnica), acudió a Berlín con la misión de garantizar a los clientes y consumidores el compromiso de los agricultores del Campo de Cartagena con la sostenibilidad, la innovación y la calidad agroalimentaria. «Fundación Ingenio está abierta a las cooperativas y empresas de otras zonas porque estamos comprometidos a defender y poner en valor la agricultura. Pretendemos tener marca nacional y europea, y no quedarnos circunscritos a un ámbito regional, porque queremos ser un actor reconocido y legitimado para sentarse en las mesas donde se toman las decisiones maestras del sistema agrícola», incide Natalia Corbalán, directora general de la organización.
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