La CHS deberá tener a finales del próximo año la ampliación de la depuradora de Cabo de Palos y el nuevo trazado del emisario de Cala Reona
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A finales del próximo año deberán estar encima de la mesa varios de los proyectos que pretenden mejorar el tratamiento de las aguas residuales en el Mar Menor y evitar posibles vertidos contaminantes. La Confederación Hidrográfica del Segura acaba de adjudicar los trabajos de redacción de tres obras centradas en impulsar el sistema de saneamiento en las poblaciones ribereñas de la laguna. Dos irán unidos para reforzar la depuración de las localidades cartageneras que colindan con el Mar Menor.
Las aguas residuales de estas zonas acaban en la depuradora de Cabo de Palos, cuyos volúmenes tratados son aprovechados por los agricultores o se acaban vertiendo al mar por una tubería si el campo no lo aprovecha. Hoy en día, la planta carece de tratamiento terciario, otro nivel superior que permite la limpieza biológica y química del agua. La CHS invertirá cinco millones para preparar este nuevo proceso de limpieza, junto con las obras del nuevo emisario.
La tubería, que viene de ocasionar peleas entre distintas administraciones, ha padecido los temporales de los últimos años, que han provocado su rotura en varias ocasiones. La CHS asumió el proyecto de plantear un nuevo emisario, y adelanta que el mismo podría tener un nuevo trazado o continuar su entrada en el mar a través de Cala Reona.
La capacidad de la estación depuradora es de 50.000 metros cúbicos por día, con un volumen anual tratado de 3,9 millones de metros cúbicos anuales «dada la fuerte estacionalidad con la que está afectada la planta, debido al volumen de población estival».
Las localidades ribereñas de la zona sur del Mar Menor, como El Carmolí, Los Urrutias, Estrella de Mar, Los Nietos, Mar de Cristal, Playa Honda, Los Belones, Beal, Llano del Beal, El Algar, Cabo de Palos y La Manga, generan unas aguas residuales que se depuran en la potabilizadora Mar Menor Sur (Cabo de Palos) y son tratadas para permitir su aprovechamiento en los regadíos de la zona, vertiendo al Mediterráneo el agua tratada cuando dicho aprovechamiento no es posible.
Permiso de vertido
La Confederación pone el acento en que el emisario de Cala Reona carece de título administrativo para la ocupación de Dominio Público Marítimo Terrestre y autorización de vertido tierra-mar, permisos indispensables para poder funcionar. «No obstante, habrá de ser la administración que vaya a explotar dicho emisario la que tramite a su nombre dicho título administrativo, aspectos que habrá de materializar en el correspondiente convenio», subraya el organismo de cuenca.
El proyecto final de este emisario deberá estar en 15 meses como máximo mientras que para plantear el tratamiento terciario del agua en la potabilizadora serán ocho meses. Todas estas obras están financiadas por el plan estatal del Ministerio para la Transición Ecológica para recuperar el Mar Menor.
La tercera gran obra en la ampliación de la tubería que uniría las estaciones depuradoras de Torre Pacheco, Los Alcázares, San Javier y San Pedro del Pinatar. Dado el aprovechamiento para regadío de estas aguas depuradas, únicamente se produce vertido al Mar Menor de aguas residuales sin tratar en caso de avería o funcionamiento anómalo en alguna de las plantas. La CHS quiere evitar estos vertidos accidentales con la impulsión.
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