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El Mar Menor pide actuaciones urgentes sobre todos los factores que lo degradan
Todos ellos son elementos procedentes de las aguas residuales no depuradas. Son elementos químicos imprescindibles para el crecimiento del fitoplancton, conocido popularmente como ‘sopa verde’, y cuya descomposición genera condiciones de anoxia en la columna de agua y la consiguiente mortandad de peces y otras especies marinas en el Mar Menor.
La situación es más grave de lo que hubiéramos imaginado. El director técnico de Esamur, Pedro Simón, reconocía -públicamente hace unos días en este mismo medio- que «cuando hay lluvias y se mezclan con el alcantarillado, no se puede meter todo el caudal en la depuradora porque no cabe y una parte va al Albujón». En el mismo artículo Simón añadía que «hay que solucionar estas situaciones, que considera un punto débil, instalando redes separativas en los municipios, lo cual no se soluciona en un día, sino que requiere tiempo e inversiones». Inversiones que tardan en llegar y que son insuficientes.
Las distintas administraciones tienen que inspeccionar el problema existente de los pozos ciegos y urbanizaciones, núcleos enteros de población, sin conectar a la red de alcantarillado, así como de la red de tuberías. De hecho, la propia Consejería reconoció hace unos meses que solo se ha reparado un 1% de una red con un total de 1.200 Km de tuberías existentes en el borde litoral ribereño.
Hay que buscar soluciones al vertido de aguas residuales al Mar Menor
Ante esta situación, desde Fundación Ingenio hace unas semanas enviamos una carta a cada uno de los ayuntamientos ribereños y estamos aún pendientes de respuesta. Seguiremos insistiendo a los ayuntamientos de los municipios circundantes del Mar Menor, responsables -según aseguran desde la Entidad Regional de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales (Esamur)- de la gestión de «los alivios de aguas pluviales a través de las redes de saneamiento».
Una carta en la que les hemos requerido información relevante para resolver el origen del problema de estos vertidos de aguas residuales principalmente. Entre las cuestiones demandadas se incluyen: información relativa al funcionamiento de los tanques de tormenta, al estado actual de su red de saneamiento, de las urbanizaciones, construcciones y/o núcleos urbanos que no se encuentran conectados a la misma, y de las estadísticas de fallos de las depuradoras, entre otra serie de elementos técnicos que están en el ámbito de sus competencias.
No se trata de señalar culpables, sino de buscar soluciones desde la honestidad que supone reconocer que estamos ante un problema con muchos factores, al que no le bastan soluciones parciales, sino que irremediablemente requiere de soluciones en todos y cada uno de ellos. El tiempo se agota y tenemos que poner en marcha medidas y soluciones urgentes cuanto antes, como la autorización de la extracción de agua del acuífero cuaternario a través de los pozos legales existentes bajo el control e inspección del organismo de la cuenca. Una extracción que ha de ser regulada y ordenada bajo criterios agronómicos, hidrogeológicos y ecológicos.
Seamos generosos por una vez con un espacio natural que nos ha dado tanto. Si dejamos morir al Mar Menor, parte de nuestra historia y nuestra identidad morirá con él. Es tarde, pero no imposible.
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