La Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena ha puesto en marcha iniciativas, en colaboración con universidades y otros centros de investigación, para reducir el impacto ambiental de la agricultura
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¿Qué medidas ha implementado la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena para reducir el impacto ambiental de la agricultura en la Región?
Estamos convencidos de que la agricultura debe ser sostenible, ya que es el medio en el que vivimos. Desde hace años, trabajamos junto a la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y centros de investigación como el IMIDA y el CEBAS para implementar medidas basadas en estudios científicos que minimicen el impacto agrícola en el medio ambiente, especialmente en el Mar Menor y el acuífero. Las medidas principales se centran en evitar que los nutrientes provenientes de la agricultura lleguen al mar o al acuífero. En este sentido, promovemos buenas prácticas agrícolas, como el uso de sondas de humedad en colaboración con la Comunidad Autónoma y la UPCT. Estas sondas ayudan a administrar la cantidad exacta de agua que necesita cada planta, evitando así filtraciones y arrastres. Además, a través de nuestra página web los agricultores pueden acceder a una calculadora de nitrógeno para determinar con precisión la dosis de fertilizante necesaria, además de recibir recomendaciones de riego basadas en explotaciones modelo gestionadas por la universidad. También aplicamos el llamado ‘riego deficitario controlado’, una técnica que ajusta la cantidad de agua en períodos en los que reducir el riego no afecta la calidad ni la producción. Esto implica ‘hacer pasar sed al cultivo’, de manera controlada, de modo que recibe el agua justa en el momento óptimo para maximizar la eficiencia.
¿Qué tecnologías están usando para apoyar estas medidas?
Junto a las sondas de humedad, estamos aplicando tecnologías avanzadas, como la teledetección en colaboración con el Imida, que proporciona imágenes multiespectrales para monitorear el estado hídrico de los cultivos. En conjunto, estas herramientas permiten al agricultor reducir el uso de agua y fertilizantes, lo cual no solo conlleva un ahorro económico, sino también un beneficio ambiental al minimizar el impacto agrícola en el ecosistema.
¿Y en cuanto a la protección del Mar Menor?
La descarga del acuífero está afectando al Mar Menor. En respuesta, trabajamos en varios proyectos europeos junto con el IGME para monitorear el acuífero y evaluar la concentración de nutrientes en el agua. También hemos encargado estudios a la UPCT para evitar arrastres durante las lluvias, pues, si se gestionan bien los canales de drenaje, se minimizan los daños en las explotaciones y se evita que el agua afecte al Mar Menor. Además, creemos que una medida efectiva para reducir el impacto en el Mar Menor sería disminuir la descarga de agua subterránea, que afecta tanto de manera directa como indirecta a través de la rambla del Albujón. Por ello, hemos impulsado varios proyectos para reducir esta descarga subterránea y utilizar esa agua en riego, aprovechándola en una región con gran necesidad de recursos hídricos.
¿Cómo han afectado las restricciones hídricas a la producción y economía de los regantes?
Las restricciones hídricas han sido un problema constante en nuestra comarca, pero en los últimos años hemos experimentado un retroceso en el abastecimiento hídrico. La reducción en el Trasvase Tajo-Segura que trae el Plan Hidrológico del Tajo no tiene justificación técnica ni medioambiental. Esto significa que el Campo de Cartagena podría recibir solo la mitad del agua que actualmente le corresponde, aunque la Cuenca del Segura esté en una situación crítica. A pesar de que aplicamos técnicas de riego avanzadas, no podemos cubrir todos los cultivos con esta reducción, lo que podría provocar una reducción de la producción agrícola y generar grandes pérdidas de empleo.
Y respecto a la normativa de protección medioambiental, ¿cómo afecta al sector?
Defendemos la protección del medio ambiente, pero creemos que las restricciones deben estar respaldadas técnicamente. Desde los despachos, algunas de estas medidas restrictivas parecen carecer de una justificación clara, y si no están bien fundamentadas, pueden reducir la producción agrícola. Menos producción significa menos alimentos y precios más altos para la población. Por eso pedimos que se analicen cuidadosamente todas las medidas antes de implementarlas.
¿Qué opina la Comunidad de Regantes sobre el uso de aguas regeneradas o desaladas como alternativas al Trasvase Tajo-Segura?
No consideramos estas opciones como ‘alternativas’, pues ya son una realidad. La Comunidad de Regantes usa agua regenerada desde 2008 y agua desalada desde 2015. Creemos que no se debe renunciar a ningún recurso hídrico, ya que, con la reducción del Trasvase, nuestra dotación actual es solo del 50% de lo necesario. Defender el uso de agua regenerada y desalada es fundamental, pero no comprendemos por qué el Gobierno rechaza los trasvases entre comunidades, cuando deberían fomentarse para optimizar los recursos disponibles.
¿Cuál es la visión a largo plazo de la Comunidad de Regantes en cuanto a sostenibilidad y adaptación al cambio climático?
Nuestra visión a largo plazo incluye seguir trabajando en la obtención de nuevos recursos hídricos para asegurar que los regantes puedan cubrir sus necesidades. Queremos seguir promoviendo las buenas prácticas agrícolas mediante la innovación y mantener un regadío totalmente compatible con el medio ambiente. Aunque somos conscientes de los desafíos, afrontamos el futuro con optimismo y orgullo por el trabajo de nuestros agricultores, que a pesar de todas las adversidades, producen alimentos de alta calidad reconocidos en Europa y que cumplen con las normativas sanitarias y ambientales.
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