¿Qué es más fuerte el urbanismo o la agricultura? Esta es la pregunta que cabe hacerse tras ver los nuevos datos que afloran sobre el conflicto que amenaza al Mar Menor

 

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Ahora, la Fundación Ingenio creada en 2020 e integrada por miles de agricultores y empresas de Murcia rechaza pública y abiertamente que todo lo que se ha dicho del vertido de nitratos en este espacio “es falso. Es mentira”.

Para estos defensores del campo, el relato creado desde el gobierno y por parte de muchas empresas no tiene consistencia y pone el punto de mira en otras cuestiones de interés al señalar el mar murciano como un lugar complejo por la infinidad de intereses y ataques cruzados entre diversos sectores en los que hay empresa de depuración, desaladoras, agricultores, pescadores, ganaderos, fabricantes de abonos y creadores de semillas entre otros.

Culpar a los agricultores fue muy fácil, pero demostrar tal culpabilidad se está convirtiendo en un camino de espinas difícil de solucionar. Es más, hay productores que están siendo objeto de una larga persecución judicial por la supuesta extracción de agua a través de pozos no legales y sin embargo, de aquellos que tenían que haber vigilado tal circunstancia con anterioridad nadie dice nada. Tampoco nadie culpa a quienes tenían que haber dado solución a la falta de agua en el entorno de la laguna. Las responsabilidades se están repartiendo caprichosamente, incluso cuando los informes no terminan de concretar dónde está realmente el problema para poder solucionarlo.

Ahora se ha podido saber que la “eutroficación” (alta presencia en el mar de nitrógeno y fósforo) no corresponde al abonado de los agricultores, sino a las depuradoras que hay en el entorno de las urbanizaciones del Mar Menor, siempre según las afirmaciones de la Fundación Ingenio.

Finalmente me gustaría hacer una reflexión relacionada con la situación de los productores, que realmente son los más débiles en esta “batalla”. En Andalucía se ha dado una situación parecida. Me refiero a los regadíos del entorno de Doñana donde los agricultores también han sido criminalizados por el Gobierno de España tras acusarlos de ser los culpables de mermar las aportaciones hídricas al Parque Nacional. No obstante, la solución aportada a estos agricultores ha sido muy diferente a la que se está dando a los productores murcianos. En Huerva los afectados han sido indemnizados con importantes cantidades económicas, mientras en Murcia están esperando citaciones judiciales.

Volviendo al principio de este texto, creo firmemente que el urbanismo está pesando mucho más que la agricultura. No obstante, si culpar a los agricultores es un error como apunta la Fundación Ingenio, en los próximos años vamos a seguir viendo como la laguna sigue agonizando sin solución.

A ver qué pasa, pero creo que el tiro está desviado.

José Antonio Gutiérrez